En mayo de 2014 se celebran elecciones para el Parlamento Europeo. Son muchos los déficits democráticos de la Unión Europea, pero es mucho mayor la necesidad que tenemos de ella, dada la globalidad planetaria en que estamos inmersos con creciente intensidad. Los ciudadanos no podemos ser convidados de piedra en los esfuerzos de construcción y ante los riesgos de destrucción de la unidad de Europa. No son muchas las posibilidades que se nos ofrecen para participar, pero no podemos desaprovechar las que tenemos. Estas elecciones deben ser ocasión para que los ciudadanos reflexionemos sobre la Europa que nos conviene, y promovamos las transformaciones necesarias para asegurar el bienestar y la solidaridad de toda la humanidad.